La humanidad es una familia de iguales, formada por personas y pueblos libres, que tienen el derecho y deber de ejercer y respetar los derechos inalienables del hombre, porque los derechos humanos tienen la cualidad de “no disponibles”.
Los países necesitados de desarrollo tienen el derecho a ser “artífices de su destino” con la ayuda de la Comunidad Internacional.
La propiedad de los bienes de la tierra debe servir para descubrir y aliviar las necesidades de las familias, de los pueblos y de las naciones.
La diversidad es una riqueza.
Los valores y rasgos culturales de los pueblos han de ser defendidos en armonía con los derechos del hombre.
El igualitarismo es siempre discriminatorio y la discriminación es una violación de los derechos humanos.
Deber – derecho de informar a los Gobiernos e Instituciones donantes y a la opinión pública sobre la proporción de los fondos recibidos que se destinan a Programas de Cooperación, sobre el contenido de dichos programas y, en fin, sobre la distribución de los gastos de la institución misma.